lunes, 31 de marzo de 2014

Nuevos paradigmas de negocios. Parte 3: Economía colaborativa


La revista TIME lo ha incluido como una de las 10 ideas que van a cambiar el mundo.

Economía de Colaborativa o del Intercambio y Consumo Colaborativo (en inglés “sharing economy” y “collaborative consumption”) ha funcionado siempre a lo largo de la Historia, con una salvedad: la tecnología ha roto las barreras geográficas aportando al mercado un potencial de crecimiento inmenso. Ello, unido a la posibilidad real de compartir y a la rotura de barrera de lazos afectivos que propician las redes sociales y otras herramientas que nos permiten vivir en un mundo hiperconectado. A diferencia de otros mercados muchos de ellos existen simplemente para facilitar interacciones sociales reales.

La digitalización de los contenidos (fotografías, música, vídeos, libros) ha permitido a mucha gente darse cuenta de que a menudo lo que queremos no es el disco en sí, sino la música que está grabada en él (quizá en forma de MP3). Con servicios como Spotify se ha visto que no es necesario poseer aquella canción que sólo escucharás cuatro o cinco veces. Mientras podamos acceder cuando lo necesitemos, estaremos satisfechos.
Con la reciente crisis económica, esta tendencia de poseer menos se ha extendido y ha llegado al ámbito de los bienes materiales (para que quieres comprar un taladro que sólo usarás durante 15 minutos en toda su vida o un coche que se pasa el 90% del tiempo aparcado?). La gente presta mucha atención al gastar el dinero y observa qué tipo de retribución, en cuanto a felicidad o necesidad cubierta, consiguen.

Consumo Colaborativo, Economía de la Colaboración o Economía del Acceso son algunos de los términos utilizados para describir este movimiento donde el acceso prima frente a la propiedad. El Consumo Colaborativo se puede definir como la manera tradicional de compartir, intercambiar, prestar, alquilar y regalar redefinida a través de la tecnología moderna y las comunidades.


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